LA INTEGRACIÓN DE LO ANDINO CON LO OCCIDENTAL
Si bien pareciera que para la historia tradicional, el continente americano fue el último de los grandes territorios en los que se asentó la humanidad, es necesario decir que, por el contrario, estas tierras conocieron el esplendor de las culturas mucho antes de que llegaran los europeos .
Entre ellas podemos mencionar a la de los mayas, aztecas, y la civilización Andina que se estableció en los Andes meridionales (sur Peruano, altiplano Boliviano, norte de Chile, noroeste argentino) y, además, en Colombia y Ecuador. Éstas llegaron a alcanzar altas épocas de esplendor en periodos prehispánicos.
Según el historiador contemporáneo Waldemar Espinoza[1], el término cultura andina no siempre existió, sino que fue aplicado universalmente en la década del ´50, tras llegar a la conclusión de que las poblaciones que habitaron en los Andes tuvieron costumbres similares, así como semejantes estructuras económico-sociales y jurídico políticas. Se comprendió así que lo único que variaba era su estilo, como el artístico. Por ejemplo, según esta línea, Moche y Nazca sólo se diferenciaron en la forma de su cerámica, pero en lo económico, social, político y jurídico fueron casi iguales.
La aplicación universal del denominativo “cultura andina” estuvo estrechamente relacionada con la necesidad de resolver los problemas sociales y económicos que se presentaban en torno a este grupo humano. Cabe mencionar que también recibieron otras denominaciones, como “cultura indígena”, “aborígenes”, entre otros. Algunos sostienen que con estas últimas expresiones se insinúa una connotación peyorativa, basada en la división de clases, es decir, que esos pueblos por medio del lenguaje son calificados como algo despreciable y primitivo. Sin embargo, seguiré usando estas denominaciones porque, desde mi punto de vista, son palabras que asocian a los nativos con sus tierras.
De acuerdo a algunos estudiosos, la población andina en un principio estuvo integrada por aproximadamente 5000 pueblos que se asentaron en lugares con diversas características climáticas, y en ellos desarrollaron su modo de ver el mundo, expresado, por ejemplo, a través de manifestaciones estéticas, todas diferentes entre sí, según las particularidades de cada pueblo pero, a la vez, unidas por el sentido religioso y una manera de ver el mundo regida por los principios de complementariedad[2] , equilibrio , reciprocidad , bifurcación del género, fertilidad, dualidad (sol –luna , fasto –nefasto), simetría del espacio (norte, sur, este, oeste). Lo que tenían en común, entonces, era la búsqueda del orden cósmico, la armonía entre los hombres, respeto a la naturaleza.
Con la llegada de los europeos, los Andinos cambian, entre otras cosas, su estilo religioso y sustituyen algunos de sus santuarios por templos católicos. Según Fontán y Outes[3], esto sucede porque son sometidos a la evangelización, es decir, el pensamiento religioso occidental rechaza la concepción dual del mundo (luz y oscuridad como complementos) e implementan principios dirigidos hacia el cielo y la luz como fundamento y sentido (luz y oscuridad como opuestos).
Entre otras cuestiones, de acuerdo a los mismos autores, se reduce la cantidad de miembros de cada pueblo aborigen por los métodos de explotación, además de las pérdidas por enfermedades traídas por los conquistadores que causaron estragos en la población, por ejemplo, las epidemias en 1525-1527, 1546 y 1558-1559. Esto pasó porque la población aborigen probablemente no tenía los anticuerpos que habían desarrollado los europeos. El investigador peruano Domingo Martínez Castilla, en un trabajo sobre la transmisión de enfermedades[4] por medio de hipótesis explica porqué se le dio poca importancia a la muerte de 95 de cada 100 americanos en plazos cortos. Me parece conveniente, entonces, explicar algunas de las hipótesis planteadas por ese autor. Una de ellas indica que la poca importancia que se le daba a tantas muertes se debía a que el pensamiento de los conquistadores se regía por la biblia, por lo tanto, cuando ellos veían tantas muertes, las atribuían a que un ser superior había castigado a esas personas por sus pecados, sin saber que tal catástrofe era, en realidad, provocada por gérmenes. Aparentemente para ellos era difícil aceptar que seres simples, supuestamente inferiores, como pueden ser virus o bacterias, funcionen como armas e influyan tanto sobre el destino de la humanidad (lo cual hoy lo tenemos muy claro).
Para los originarios de estas tierras, la situación en la actualidad no ha cambiado mucho desde aquella época infame. Siguen siendo explotados, pero ahora por las políticas turísticas y económicas, les cuesta acceder a cualquier trabajo en general y, no tienen el mismo acceso a la educación que la población “occidentalizada”. Para algunos movimientos de defensa de la cultura andina, estas poblaciones continúan en la pobreza, siguen siendo despojadas de sus tierras, no siempre reciben el trato que merecen, ni siquiera ante la existencia de leyes que supuestamente son para ayudarlas, pero en realidad o no se aplican o benefician a otros[5].
Tal es el caso[6] ocurrido a mediados de los ´90, cuando el gobierno de la provincia de Jujuy empezó a poner mayor atención en cuestiones del patrimonio arqueológico, ante la creciente importancia que tenía el turismo con intereses culturales en la economía de la provincia. Eso trajo como consecuencia que se declarara la Quebrada de Humahuaca “Patrimonio de la humanidad por la UNESCO”. Por este gran auge, muchas personas, incluso extranjeras, quisieron apropiarse de las “bellezas” naturales que conocieron y así fue como, paradójicamente, lo que era una iniciativa para proteger la cultura y el modo de vida tradicional empezó a socavar, entre otras cosas, el acceso a la tierra. Llevó a que se realice una declaratoria sobre la propiedad de las tierras aledañas, que generó que ellas aumentaran 50 veces, es decir, se privatizaran y se utilizaran no como medio de producción para los lugareños (para quienes eran ya inalcanzables), sino como medio de lucro. Esto impactó directamente sobre la vida de algunas personas, ya que muchas sin respaldo legal fueron despojadas de sus tierras por grandes terratenientes y además ya no pudieron pagar el alquiler de la tierra para la agricultura por su alta cotización.
El tema del despojo de tierras se encuentra muy relacionado con la explotación por parte del turismo, agricultura y minería, e influye directamente en la identidad de las personas de origen Andino, no sólo por las condiciones de vida que imponen estos factores, sino porque a veces, como un modo de rebelarse frente a estas injusticias, se generan enfrentamientos, violencia física y muerte.
Además de la física, hay otro tipo de violencia que también sufren: los prejuicios de la sociedad occidental, que pueden ser advertidos a través de actos de discriminación en muchos ámbitos. Por ejemplo, a la hora de acceder a puestos intelectuales, pueden ser rechazados ya sea por su color de piel, su formación basada en el trabajo y la experiencia, sus costumbres, creencias, etc.
Lamentablemente, muchos de los Andinos, al verse afectados por el crecimiento de la población, el despojo de las tierras , los frecuentes desastres naturales, la violencia política[7] y las crisis económicas han tenido que recurrir a situaciones humillantes y de mucho riesgo con tal de encontrar una solución para vivir mejor, como convertirse en trabajadores temporarios. Así, viajan a las ciudades y se encuentran ante un mundo regido por otras reglas, que muchas veces desconocen. Además, con una religión, idioma, o costumbres no oficiales es muy probable que tengan dificultades para acceder a un trato igualitario y se vean excluidos o explotados.
A pesar de estas dificultades, algunos descendientes de aborígenes demostraron que pueden superarlas, integrando las “nuevas” formas de vida a las propias. Un ejemplo es Evo Morales, quien se convirtió en el primer mandatario de origen indígena[8] en la historia de Bolivia, y que consciente de haber vivido en condiciones de pobreza, propone realizar cambios radicales en las estructuras de variados ámbitos nacionales en cuanto a la integración de los pueblos originarios, para evitar su exclusión, incentivando su inclusión socio-económica y cultural. Lo demuestra en la lucha por superar obstáculos; es una de las razones de por qué la cultura Andina, aún perseguida, sigue viva y fuerte.
Desde hace tiempo el constante desinterés de la mayoría de las personas, la falta de concientización por parte del estado y falta de políticas de integración, provocó una ignorancia que desencadenó prejuicios, muy comunes en la escuela y en los medios de comunicación masivos, por lo cual fuimos perdiendo el sentido de identidad (si alguna vez lo tuvimos) y al no ponernos en el lugar de ellos para comprenderlos y ayudarlos, pusimos en riesgo el futuro de estas culturas.
Pero, pese a todo ello, creo que es momento de que generemos profundos cambios en nuestra sociedad, por ello planteo la necesidad de cambiar nuestros modos de ver y de pensar. Para eso, es necesario revisar algo que tuvo y tiene influencia en la formación de prejuicios: la educación que recibimos, sobre todo en los países que abarca la cultura Andina.
Principalmente en Argentina no se educó sobre el valor que hoy tiene lo Amerindio, lo que nos lleva a preguntar: ¿Qué ha pasado en Argentina para que a partir del siglo XX no se haya educado adecuadamente sobre la historia de la mal llamada América precolombina, aún con todas las culturas autóctonas que existían y todavía existen?
Es evidente que desde el nacimiento de nuestra historia, la política del estado Argentino no ha propuesto en forma seria un estudio que enfoque lo aborigen en lo antropológico e histórico, que le dé a sus docentes propuestas, consignas, investigaciones para que en la escuela se desarrollen nuevas formas de ver nuestra América precolombina. Por el contrario, nuestro sistema educativo tiene una mirada parcial sobre estas culturas y, al parecer, una docencia desinteresada por lo “autóctono”. En nuestro país, la mirada se ha enfocado preferentemente a lo europeo, a partir de la política implementada por próceres tales como Roca o Sarmiento, que consideraron que la única manera de que sus habitantes progresaran era a través de un estudio formal basado en el aprendizaje de lo occidental. De esa manera no mostraron interés en lo nativo. Para ellos era mucho más simple apartar de nosotros lo que les parecía “inútil”, sin reflexionar sobre ello.
Esto sigue sucediendo frecuentemente en Argentina como en otros países, en los que, en la mayor parte de su historia rigió un poder sin conciencia social, quizás por la falta de conocimiento sólido en el tema o por la fuerte presencia de los prejuicios que mencioné más arriba. Por lo tanto, no desarrollamos un espíritu crítico y nos olvidamos de las personas que también aportan a nuestra identidad. Así, en los actos escolares, nos enseñan a homenajear a numerosas figuras de la historia a las que no les interesaron los problemas aborígenes y que no tuvieron una visión más constructiva sobre lo indígena, sino todo lo contrario. Un ejemplo es el presidente Julio Argentino Roca, que aparece en monumentos y en los billetes de 100 pesos; en los que en un lado está su rostro y en el otro, la campaña del desierto. Pienso que él no debería ocupar un lugar digno de respeto en nuestra memoria, porque fue genocida y un deshonesto, eliminó a los primeros habitantes de la Patagonia y del Chaco, solo por desprecio e intereses económicos.
Esta ignorancia da lugar al capitalismo desenfrenado y esto poco a poco destruye el mundo en que vivimos, por eso muchos proponen retomar a las formas de vida alternativas, porque piensan que la situación se puede revertir con consenso de los involucrados sobre el tema y con información más precisa. Según Cesar Sondereguer[9], la actual divulgación del universo precolombino es bibliografía solo científica y sin criterio pedagógico, además de la carencia conceptual sobre su visión del mundo.
Es necesario equilibrar nuestra formación cultural europea con el conocimiento valorativo y sensible de aquel trascendente pasado americano, para que exista una mayor concientización y cobre vigencia, porque según Sondereguer, el gran delito cultural no solo puede manifestarse en lo que se enseña y cómo se lo enseña sino también en aquello que no se ha querido investigar y enseñar.
Por ello actualmente en países como la Argentina, Bolivia y Perú, figuras como el presidente de Bolivia Evo Morales y el presidente de Ecuador Rafael Correa (con toda la controversia que causan), están haciendo propuestas para mantener viva la cultura andina. Mediante procesos que permiten la integración por medio del respeto de las ideologías de los pueblos originarios , y otros aspectos que los constituyen, para que se puedan resolver los problemas de la pobreza y la destrucción de la naturaleza, que se busque la complementariedad en vez de la competitividad, que se comparta con el vecino en vez de aprovecharse de él, que piense no sólo en términos de ingreso per cápita sino de identidad cultural, de comunidad y armonía entre seres humanos y con la madre tierra, que respete y promueva la diversidad económica, que no se trate los recursos naturales como una mercancía, que no se permita patentar las plantas, animales y la materia viva, que se proteja la biodiversidad de la piratería y se garantice a los países el dominio sobre sus recursos genéticos y conocimientos colectivos tradicionales. Por último, que se preserve y promocione la diversidad cultural de pueblos indígenas, mestizos y todas las poblaciones que migraron a este continente.
En definitiva, con este ensayo intento rescatar aspectos generales y significativos de estos pueblos que padecieron su destrucción, el desconocimiento y el olvido, llevando a que se los considere parte del pasado, aunque en realidad siguen existiendo y nos demuestran su lucha para preservar su cultura, partiendo de principios como el respeto y la complementariedad, demostrando así que a pesar del contexto histórico desfavorable en el que se vieron forzados sobrevivir (y por el que tuvieron que incorporar conocimientos y formas de vida distintos a su concepción sobre el mundo) ellos pueden lograr cambios. Para ello es imprescindible partir de una educación que informe y capacite sobre lo amerindio, que nos lleve a reflexionar sobre el pasado que hemos despreciado para, de esa manera, construir una sociedad más consciente y menos ignorante sobre el pasado. Una sociedad que, además, hoy pueda integrarlos valorando su visión del mundo, y apoyándolos para que se generen cambios, cambios que no queden solo en las leyes. Espero que los países que formaron y forman parte de la cultura andina puedan hacer algo al respecto, invirtiendo en proyectos que no beneficien a unos pocos, sino a todos, y cuya base sea integrarlos de manera igualitaria y respetuosa.
MILLA
Tipos de Fuentes consultadas:
Publicaciones periodísticas:
Catalogo: “Los Ángeles Andinos” de Jujuy al Cuzco (Autores: Liliana Fontàn y Diego M. Outes Coll; Publicación: mayo, 2001; patrocinado por telefónica y Presidencia de la Nación).
INVESTIGACIONES
Libros:
· Las venas abiertas de América Latina (Autor: Eduardo Galeano; Editorial siglo XXI de España, SA).
· Arte cósmico Ameríndio - Cesar sondereguer (editorial: corregidor)
· Ahí viene la plaga (Autor: Mario Lozano: Editorial: siglo XXI Argentina; colección “ciencia que ladra”).
· El pensamiento indígena en América (Editorial Biblos/ desde América)
Páginas web:
· http :www.slideshare.net/historiasruidosynueceshoy/mundo-andino-culturas-originarias
· http : www.wanamey.org/articulos/cosmovision_andina.htm
· http: /babaluverde.blogspot.com/2009/05/migracion-y-la-cultura-andina.html
· http :www.alminuto.com.bo/content/la-cultura-andino-amazónica
· http://www.nflc.org/REACH/7ca/spCAHeritage.htm
· Enciclopedia Encarta: culturas andinas
· http://mx.encarta.msn.com/encyclopedia_761578082_3/Arquitectura.html#p36
· http://es.wikipedia.org/wiki/Antiguo_Per%C3%BA
· http: www. peruvianembassy.us/do.php?p=209&lng=es bros:
· http :/www.andes.missouri.edu/andes/Historia/AlGermen.html
· http://www.encuentro.gov.ar/Content.aspx?Id=2164&IdSeccion=87
[1] Espinoza, Waldemar. ”Sobre la cultura Andina”, Diario los Andes ,01 septiembre del 2006, Perú.
[2] Los Andinos consideran que no hay poderosos, ni autosuficientes todos nos necesitamos los unos a los otros para vivir.
[3] Fontán, Liliana y Coll, Diego; con el patrocinio de Telefónica “Ángeles Andinos “, catálogo, nùm.12, Mayo, 2001.
[4] Castilla, Domingo. , “Al germen lo que es germen: enfermedades europeas y destrucción de la civilización Andina“, Márgenes: Encuentro y debate, año VI, No.10-11, SUR, Noviembre de 1993, Lima, Perú.
[5] Espinoza, Waldemar. ”sobre la cultura Andina”, diario los Andes ,01 septiembre del 2006, Perú.
[6] Video: Kollas I, pueblos originarios: Kollas / La tierra, canal encuentro, Buenos Aires, http://www.encuentro.gov.ar/Content.aspx?Id=2164&IdSeccion=87.
[7] La violencia política surge porque el estado sigue discriminando y considerando al poblador andino no tan igual a un ciudadano no aborigen; cuando se producen manifestaciones extremas recién el resto de la sociedad se da cuenta de que algo pasa en el país.
[8] Evo Morales es considerado Andino, porque proviene de la nacionalidad Uru-Aymara (nacionalidad común en Bolivia, Chile y Perú).
[9]Sonderenguer, Cesar, 1999, “Arte cósmico Amerindio”. Corregidor, 256 y 257.
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